Cuadros con vida?
Muchas veces se comenta… que cuando se pinta, suele dar la sensación de que el cuadro tiene vida propia. Eso se dice cuando la obra en proceso parece pedirte acciones. Da la sensación que ya no eres tú el que dirige el proceso creativo, sino que el mismo te va diciendo qué pinceladas colores o formas poner. Cuando ocurre eso hay que estar receptivo por qué significa que el cuadro te va guiando por el camino de su armonía. Todo lo que no sea afín a su estructura armónica, rechinara y te obligará a suprimirlo.
No sé si pasará en otras disciplinas o artes pero de lo que estoy seguro, es de que no es una cosa fuera de lo normal. Al empezar un cuadro, quizás sea el momento más cercano a tú manera de ser. Al tiempo empieza a ganarte terreno en las decisiones a tomar. Parece cosa mágica, pero un pintor tiene algo de magia en las manos. De hecho la representación en el plano ya es puro engaño. Igual que un prestidigitador el pintor con sus pinceles y colores es capaz de simular la realidad y hacer creer al ojo del espectador («trompe – oeil») que lo representado es la realidad cuando no es más que un invento más o menos bien resuelto. Inventos muchas veces maravillosos capaces sugerir sentimientos y composiciones que superan el concepto de realidad.
Por eso la pintura, a quien nos gusta, nos llena de satisfacción simplemente recorriéndola con nuestra mirada y completando los mensajes con nuestra mente que, dependiendo de la experiencia adquirida, tendrá por bien recrearse de una manera o de otra. Para analizar este concepto de percepción y experiencia es aconsejable leer a Rudolf Arheim en su libro «Arte y Percepción Visual» básico en los estudios de Bellas Artes, dónde analiza la Teoría de la Gestalt, importantisima en el desarrollo del arte visual del siglo XX…. y XXI!
¿Un cuadro se
acaba alguna vez?
Se dice que los expresionistas nunca saben acabar un cuadro…
¿Estás acuerdo con ello?