Entrevistando a Aitor Arana Arruti

Entrevista entrañable, cercana, sincera, transparente, en la que fácilmente nos vemos dentro de la obra del Artista y el leitmotiv que lleva a Aitor a desarrollar una obra tan particular, de personalidad tan definida y cargada de sentimientos. Dominio de luces y sobras en una fotografía narrativa que nos transporta a lo más interno de cada personaje, porque Aitor no hace fotografías, redacta fotográficamente sentimientos.

Aitor: Humanidad, sensibilidad, asertividad, creatividad, profesionalidad.

¿Quien es Aitor?

“Nací en la década de los 60, una década llena de cambios y convulsiones en el mundo, una época transgresora, quizá eso marcó mi vida. La fotografía es un hobby al que dedico mucho tiempo y pasión desde hace años, y en el que he encontrado el camino para dar rienda suelta a mis emociones. Me apasionan los lugares abandonados, poco a poco fui introduciendo personajes en ellos para contar historias. En mis trabajos aparecen mis influencias y recuerdos: el cine, la televisión, los cómics, el teatro, la pintura renacentista, la música,  los  grandes fotógrafos del s. XX… Amo la luz y la oscuridad, me encanta captar ese momento en que uno se convierte en el otro…los eternos amantes. Pertenezco al grupo de fotografía Photoka y a EHATE. Algunos de mis trabajos han sido exhibidos en exposiciones tanto colectivas como individuales. He realizado varias portadas de libros. He ganado varios premios en concursos de fotografía. Soy autodidacta e intento aprender de todos un poco.”

Como defines tu fotografía?

“Me gusta pensar que realizo un tipo de fotografía narrativa. Me encanta contar una historia en mis trabajos, intento que la imagen tenga una línea abierta donde el espectador interprete a su manera y siempre bajo su perspectiva y vivencias, el mensaje. Lo que quiero que provoquen mis trabajos son un sentimiento, detenerse un momento en ellos y pensar, o sentir algo, o simplemente revivir un momento. Mucha gente cree que la fotografía es una mirada al exterior, yo creo que es hacia el interior. Para muchos es captar una imagen, para mí es crearla.  Me parece muy importante crear un ambiente en las fotos, y lo hago a través de la luz y la composición. También es fundamental tener un protagonista en la escena, algo o alguien que nos represente en ese momento, un vehículo hacia esa reacción que busco. Así mismo cuido mucho el escenario, me encantan los lugares detenidos en el tiempo, y creo que sirven para enmarcar los sentimientos de melancolía que se respiran en mis obras. “

¿El equipo forma parte de ti o es una extensión de un trabajo ya preformado en tu cabeza?

“El equipo es fundamental en mis trabajos. Primero se me ocurre una idea, luego paso a dar forma a la historia, cada detalle que da sentido a la trama, pero siempre dejando un hueco a las aportaciones de mis colaboradores. Luego hago una lista de cosas y gente que me hacen falta para llevar a cabo todo (modelos, equipo de maquillaje y caracterización, vestuario, atrezzo, localizaciones…). El siguiente paso es reunir a la gente necesaria. En este paso soy muy consciente de que una idea personal pasa a convertirse en un sueño colectivo, donde cada colaborador es tan o más importante que yo, sin este equipo sería imposible la consecución del objetivo. Soy un liante que vende sueños y tengo la suerte de poder colaborar con gente con muchísimo talento. El equipo es importantísimo en mi trayectoria, sin duda mejoran mis trabajos y las convierten en ideas de todos… es lo que siempre quiero que vean… no son sólo obras mías, son de cada uno de los que participa.”

La performance de Picasso… ¿Qué supuso para ti?

“Picasso makillatzen/Maquillando a Picasso´ surgió como una colaboración con el CIFP San Jorge de Santurtzi en su sección de Caracterización y Maquillaje. He colaborado muchas veces con ellos y son importantísimos en cada proyecto que hago. Quería rendir un homenaje a las víctimas de las guerras de ayer y hoy, hacerlo a través del cuadro inspirado en el bombardeo que sufrió mi pueblo en 1937, el ´Guernica´ de Pablo Picasso. También quise recordar a mi ama, que fue superviviente de dicho bombardeo y que tantas historias y vivencias nos contó de aquella época. Aprovechamos el 80 aniversario para hacer una representación que combinaba la fotografía, la música, el teatro y una sesión de maquillaje en directo en la calle para que la gente viera el maravilloso trabajo de caracterización de los personajes que conformarían la puesta en escena de un ´Guernica´ en bodypainting. En este caso participó un equipo de más de 70 personas en la realización.

No hay mayor satisfacción que la respuesta de la gente a la salida de la representación y en días posteriores…ver cómo se emocionaban, cómo te contaban sus propias historias y las que les habían contado sus familiares. Nunca me he emocionado tanto con algo en lo que he participado. Tuvo cobertura amplia en radio, prensa y televisión, pero para mí y para todos los que la hicimos, lo importante fue la denuncia que queríamos lanzar… la guerra no sirve para nada, no hemos aprendido nada con el paso de los años, seguimos cometiendo los mismos errores y horrores.”

¿Podríamos decir que hubo un antes y un después?

“Sinceramente creo que siempre hay un antes y un después tras cada uno de mis trabajos, una vuelta a empezar, un seguir caminando en busca de algo que me motive y ayude a crear. Siempre intento mirar hacia adelante, por eso sigo en esto. Siempre dándole vueltas a la cabeza, imaginando nuevos proyectos, nuevas formas de exteriorizar lo que llevo dentro. Es verdad que esa representación me acercó a una de mis aficiones, que es el teatro.”

¿Nunca pensaste en poner tus historias en movimiento? Ir a más… «por ejemplo» al cine?

“Es algo que me encantaría. El método de trabajo que utilizo es prácticamente cinematográfico. Al idear cada una de las series que realizo, lo planteo como una película. Creo un guión o trama que gira alrededor del concepto en el que he pensado, después busco una localización y la fotografío, luego creo un storyboard con cada escena, después busco la música que acompañará y me inspirará para el montaje audiovisual. También hago anotaciones en un cuaderno de los conceptos técnicos de cada escena en la que recojo los objetivos fotográficos a utilizar, la hora en la que debe realizarse la sesión por motivos de luz, etc. Es así una película en sí misma. La verdad es que me encantaría hacer un corto, tengo incluso un boceto de guión preparado, pero es un mundo desconocido para mí y me cohíbe un poco, aunque no desecho poder realizar algo algún día.”

¿Donde pones más… en  tiempo, en energía, en sentimiento, en técnica.?

“Evidentemente mis trabajos son un compendio de todo eso. En primer lugar pondría al sentimiento, esa chispa de la que surge una idea, una imagen que te viene a la cabeza, un recuerdo que te cruje en el interior, algo que tienes guardado para ti y de pronto lo quieres compartir con los demás. Después colocaría a la energía, algo sin lo cual no funcionas. Mis trabajos requieren mucha planificación y esfuerzo mental. Después de cada serie, me quedo con una sensación de vacío y abandono, de cansancio mental, por eso espacío bastante mis trabajos. La técnica también es importante, la vas adquiriendo a lo largo del tiempo, vas probando cosas, algunas las abandonas, en otras intentas profundizar. He cambiado en mi forma de editar mis trabajos, algo inevitable cuando avanzas. El tiempo es lo de menos, si consigues lo que buscas, no importa lo que has tardado. Evidentemente invierto mucho tiempo en cada serie que hago: madurar una idea, realizar un guión, localizaciones, equipo de trabajo, edición, redes sociales, página web… Una deliciosa locura.”

Tus historias transmiten…  tienen alma… podrían ser perfectamente un corto cada historia. Que nos espera ver de Aitor? Que parte del interior del ser humano aún no has mostrado?

“No tengo un camino perfectamente trazado, voy improvisando, dejándome llevar por mis estados de ánimo, supongo que como la mayoría de creadores. Procuro escarbar en mi interior para recordar vivencias, influencias y pasiones. Me gustaría seguir avanzando y aprendiendo según lo hago. Es verdad que intento contar algo con cada imagen que hago, no concibo la fotografía desde el punto de vista habitual, es decir, fotografiar un paisaje por ejemplo. Siempre intento que la foto lleve a una reflexión, o provoque algo, ya sea positivo o negativo, que no deje indiferente, que no sea una más, algo solamente estético. Tampoco pretendo que sirva de terapia para ningún tipo de problema. Creo que trato temas bastante cotidianos, quizá con una estética bastante dramática por el estilo de fotografía que me define, pero me interesa que el espectador interactúe y modele la idea a sus propios sentimientos y vivencias.”

Curiosamente en contra de lo habitual, tu no buscas la belleza externa en tus fotografías resaltando siempre la interna con una fuerza casi mágica… ¿Qué don hay que tener para arrancar en cada tiro esa expresión y sentimientos?

“No creo que la belleza externa y la interna estén reñidas, creo que se complementan. Valoro que las fotos me hagan sentir, me cuenten algo o me sirvan para pensar.  Al incluir al ser humano en mis fotos, se crea una fuerza especial, un vínculo, algo con lo cual nos resulta más fácil dar un sentido al mensaje, nos vemos inmersos en las escenas como protagonistas o como observadores, pero siempre estamos presentes en la historia. No creo que tengo ningún don especial, soy muy observador, me gusta mirar, soy muy emotivo, sensible, siempre me ha interesado el arte en todas sus disciplinas….no creo que estas cosas sean excepcionales, más bien todo lo contrario. Lo único diferente es que procuro exteriorizar lo que provocan en mí ciertas cosas y sentimientos, y lo consigo a través de la fotografía.”

Gracias Aitor.

Nos veremos en tus historias.

 

 

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