Pop Art
La transcendencia de la pintura, la pintura pura, el lenguaje de los colores, las formas sin objeto. La evocación de las sensaciones, sentimientos, experiencias, recuerdos a través del color, la veladura, la mancha, la simplificación hacia la no forma, hacia lo no concreto, hacia la abstracción.
Quizá Kandinsky abrió este camino, o al menos lo sistematizó, le dio forma pictórica pero también teórica. Pero en cualquiera de los cielos de Turner se preveía lo que iba a ocurrir tarde o temprano en la pintura.
A mediados de los sesenta, los artistas rompen con la forma por completo, pintores como Pollock, Rohtko, De Kooning, Motherwell, comienzan a investigar dentro de este terreno en el que los colores y las formas generan un mensaje que vas más allá de lo concreto, de lo figurativo.
De esta forma el espectador no tiene referentes en la experiencia visual, en el entorno físico. No queda más remedio que dejarse llevar por el movimiento, por el sonido, el ritmo, la sensación. Por la experiencia.
Rohtko hablaba de Turner como el pintor de lo esencial y de sí mismo como el pintor de la esencia de lo esencial, la pintura se convierte en una síntesis, en una relación mística, en una práctica que convierte la forma en experiencia, la experiencia en recuerdo y el recuerdo en sensaciones. Así era el expresionismo abstracto o así lo pretendía, el problema como buena religión es el hermetismo.
Esta aspiración con un sentido casi místico de la pintura llevo a los artistas posteriores a la necesidad de respirar de aquella presión. Una búsqueda de acercamiento del arte a través de la mundanización del arte, de la representación artística asequible a toda la población utilizando los medios de comunicación de masas, la publicidad, las directrices del consumismo, en definitiva, el lenguaje Pop.
De pronto, artistas como Rauschenberg o Jasper Johns utilizan el soporte pictórico para hablar de los problemas coyunturales de su sociedad fascinados por su entorno o con ambición de crítica ante los problemas de su realidad social. Huyen del misticismo de la pintura anterior y buscan una representación de lectura más sencilla y más directa.
Quizá la cúspide de este lenguaje la representa Andy Warhol, logrando representar la superficialidad de la sociedad de consumo hasta sus máximas consecuencias, donde no importa el proceso si no la reiteración del mensaje con el lenguaje más sencillo, más trivial, quizá más simple y con la fuerza de las masas como herramienta de trabajo donde se confunde el ámbito artístico con el publicitario.
Es posible que Warhol no emocione como un atardecer de Turner, sin embargo, cumple una de las premisas fundamentales del Arte que es mostrarnos cómo somos, qué valores nos motivan y quizá, nos alerta de nuestros comportamientos, evidenciando la fragilidad de nuestra sociedad. La transcendencia de la pintura pura que pretendían los expresionistas abstractos se convierte a través del Pop Art en la trivialidad que define a una sociedad, obligándonos a sacar conclusiones.