Los pequeños detalles de nuestra vida tanto desde lo social como desde lo biológico forman un conjunto que nos define como seres vivos. La búsqueda de respuestas a nuestra condición vital y por tanto a nuestra finitud es la permanente motivación que define al ser humano y es el motor de arranque de nuestra biografía. Las eternas preguntas que fundamentan la Filosofía, quienes somos, de dónde venimos,… nos llevan a comprender como nuestras acciones pertenecen a un continuo desarrollo tanto social como orgánico. En esta exposición tenemos dos formas de acercarnos a estas reflexiones, por un lado, la actividad de interacción social básica para entendernos como humanos. Por otra parte, nuestro ancestro biológico y evolutivo que nos lleva a la modificación constante de nuestra propia estructura orgánica.
Ambas propuestas hablan de nosotros mismos desde estos dos puntos de vista aparentemente diferenciados pero que, a través de estructuras compositivas similares, hacen que el lenguaje plástico de la pintura y de la escultura, de la obra figurativa y de la obra abstracta, confluyan en una reflexión profunda de lo que somos.
Roy Ledgard
Generador de nuevas formas, de nuevas realidades.
La obra escultórica de Roy Ledgard se encuentra en los terrenos de la representación no figurativa con un impulso, gracias a sus estructuras compositivas, que invita a la activación de nuestra imaginación, con unas consecuencias oníricas que nos adentran en el ámbito del surrealismo.
Las formas curvas enrevesadas y retorcidas en continuo diálogo con el espacio libre, nos dan pie a pensar en elementos biomórficos contenedores de vida orgánica como si fueran estructuras orgánicas. Fragmentos de una realidad superior donde los pequeños detalles sostienen a un todo. Esta reflexión sobre elementos estructurales como aparentes vértebras o estructuras óseas nos lleva a la meditación sobre nuestra fragilidad individual y la necesidad de pertenecer a un todo, donde cada elemento se complementa con otra estructura para poder tener sentido.
Roy se detiene y se recrea en la suavidad del tacto de los elementos de bulto redondo tal y como hizo la escultura clásica en su momento pero con el ánimo de que nosotros, como espectadores, resolvamos el enigma de la propuesta abstracta que nos activa la imaginación y la revisión de nuestras experiencias sensoriales.
El proceso creativo de nuevas formas que intervienen en el espacio que generan cavidades, huecos, tuberías que podemos relacionar con nuestros fundamentos vitales, nuestra respiración , nuestro pulso y nuestros latidos hacen que tengamos una mirada interior, como si la contemplación de estas piezas nos condujera a la meditación y a la reflexión de nuestro origen biológico y orgánico.
En estas piezas repletas de tensión y energía potencial sentimos que son parte de un crecimiento, podríamos vincularlas al propio origen de las formas biológicas como si Roy nos quisiera trasladar a un pequeño fragmento del origen de la vida.
Faustino Blanco Vega
El diálogo entre el color y las figuras
La obra de Faustino Blanco Vega está enmarcada dentro del arte figurativo con una tendencia al expresionismo intimista donde las figuras se disuelven llegando en algunos casos a rozar una representación no figurativa. Sus composiciones generan un dinamismo y actividad visual gracias a las formas redondeadas y curvas y al uso del color donde se establece un diálogo entre los colores de amplia gama pero que son coherentes con el movimiento compositivo.
A pesar de estas composiciones dinámicas, en cuanto a las líneas de planteamiento de las piezas como a la variedad cromática, Faustino consigue un ámbito intimista e introspectivo donde sus obras con personajes anónimos, sin rostros que provocan una identificación entre las figuras representadas y el espectador, nos pone en el terreno tan complicado y a la vez sugerente del voyeur que espía a los personajes con curiosidad y con cierto tipo de complicidad.
Este efecto intimista de las obras de Faustino se acentúa en sus iluminaciones y ámbitos de interior donde suceden sus composiciones. Lugares de ocio, de cultura, de tertulia, de música, donde los personajes interactúan como una masa común que se recrea con la belleza clásica a través de los desnudos femeninos, y se retuerce como una tertulia nocturna sobre los elementos más profundos de la filosofía y, a la vez, con los más lúdicos de las conversaciones noctámbulas en un café en el que se puede hablar de todo.
Quizá las figuras de Faustino son representaciones de nuestras ideas que se intercambian y mutan de forma y de color, a veces de manera hedonista y otras, lúgubres y dramáticas, en función de nuestras circunstancias, es decir, en función del sentido de la vida.
Sergio Delgado Jiménez
Artista Plástico y Especialista en Arte Contemporáneo
Director de Río creative art center