Escritos por Eugenio López García.
Desaparecido
DESAPARECIDO
Desde ayer por la noche,
Aurelio Viguri falta de su domicilio en el Ensanche de Vallecas.
Sacó a pasear a su perrita Canela y ya no volvió.
Tiene alzheimer, ve poco y va indocumentado y sin dinero.
Con estas lluvias torrenciales andará por ahí
como un Ulises perdido,
naufragando en esos oscuros mares de la memoria,
preguntándose quién es, o qué es,
al descubrir ese rostro extraño,
con greñas sucias y descuidadas, reflejado en los escaparates.
Dudando en las encrucijadas, borrado el camino de regreso,
aterido de frío y de miedo,
entre esas sombras inanes que se acercan
a beber la negruzca sangre de los que van a morir pronto.
Si la policía no los encuentra acurrucados
en algún portal o al resguardo de algún derruido muro,
su perrita y él desaparecerán para siempre
como dos trazos fugaces y trágicos del destino,
que no tuvieron fuerzas suficientes
para seguir luchando en los trances del amor y de la vida.
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