Carolina Andrada
Carolina Andrada (1982, España) Doctora en Bellas Artes, Pintora y Mezzosoprano, Artista formada en varias universidades, españolas y extranjeras… Valencia, Madrid, Lieja, München y Elche. Carolina ha expuesto en numerosas ocasiones y ha sido galardonada con premios, y becas importantes para su formación. Carolina ha desarrollado su formación musical entre España y Alemania. Tras varios años de clases y perfeccionamiento vocal asistió a Master Classes con Montserrat Caballé, y actualmente está bajo la tutela de Ana Fernaud, catedrática y profesora de canto en la Escuela Superior de Canto de Madrid. También ha realizado intervenciones musicales en la Muestra de Cine Español de Jaén, en 2017 y 2018. Madrid es el lugar de residencia de Carolina, donde compagina sus dos permanentes disciplinas artísticas. Recientemente ha recibido el nombramiento honorífico oficial de Dama Ilicitana Distinguida de Elche, su ciudad.
Doctora en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández, 2015.
Tesis Doctoral: Paisaje Naturaleza y Construcción en la obra de Markus Lüpertz. Director: Alfonso Sánchez Luna.
Diploma de Estudios Avanzados DEA, por la Universidad Miguel Hernández, 2010-2012.
Máster Oficial de Postgrado Territorio y Paisaje en la Universidad Miguel Hernández, 2010-2012.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, 2000-2005.
Estudios de Canto Lírico Belcanto, Historia de la música, Conocimientos de Guitarra.
Danza Clásica y Contemporánea, 5º Grado. Escuela de Danza Pilar Sánchez, Elche, (Alicante).
Exposición Virtual de Artistas
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Paisajes del alma
Para mí los lienzos son las paredes que conforman mis propios sueños. Pero no son paredes limitantes, sino que están abiertas a la imaginación, al paisaje de los sueños, al recuerdo y a las emociones. Cuando era pequeña, mi padre, Jorge Andrada, pintor y escultor, disponía los lienzos a modo de casitas o cabañas, para que yo pudiera jugar, soñar, entrar y salir. Aquello conformaba una especie de laberinto de juego, en donde siempre me sentía segura, “en casa”. Además el lienzo adquiría otra
dimensión física y onírica, me permitía «entrar y salir” de él, y de la propia pintura.